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Diciembre 2016

EZLN: un texto esclarecedor


Magdalena Gómez

Dedico esta colaboración al pueblo cubano y a Pablo González Casanova por las Lecciones de Fidel y, las de él. Muy oportuno el texto Una historia para tratar de entender, elaborado por el sub Galeano y el subcomandante insurgente Moisés, vocero y actual jefe del EZLN. Lectura obligada para quienes de buena fe se interesen en conocer y compartir la iniciativa en curso, que el Congreso Nacional Indígena está consultando con los pueblos y comunidades indígenas. El relato detallado sobre la gestación de la iniciativa da cuenta de una convicción política del EZLN que ciertamente no es la primera vez que pone en práctica. Recordemos su decisión histórica en el diálogo con el gobierno federal, de ceder la mesa a los pueblos indígenas del país para que fueran ellos los que en primera instancia discutieran sus propuestas sobre derecho y cultura indígena en coordinación con la comandancia indígena. Los acuerdos de San Andrés deben su relevancia a esa construcción y debate colectivo inédito.

El alegato correcto sobre el hecho más que evidente de que ni sueños ni pesadillas caben en las urnas, para efectos de la iniciativa sujeta a consulta es un arma de dos filos, pues, como se reconoce, ha habido, hay, y habrá dudas y cuestionamientos legítimos y racionales, entre ellos está justamente el que se plantee acudir a una elección cuando se reconoce que carece de sentido.

Sin embargo, hay que dar la vuelta a esa valoración y el texto lo plantea de forma clara: no hay otra manera más contundente de visibilizar la situación de los pueblos indígenas, que colocarse en el escenario donde toda la clase política tendrá su mira en 2018. Muy fuerte lo que compartieron con el CNI al presentarles su propuesta: Nuestro dolor cada vez llega a menos personas. Nuestras muertes no encuentran eco como antes. Y no es que la gente de afuera se haya hecho cínica o apática. Es que la guerra que padecemos desde hace tiempo como pueblos originarios, ya les llegó, ya está en sus calles, en sus casas, en sus escuelas, en sus lugares de trabajo. Nuestros dolores son ya uno más entre muchos otros. Y, aunque el dolor se extiende y se hace más hondo, estamos más solos que nunca. Cada vez vamos a ser menos. Pronto el CNI no podrá reunirse porque no se pueda salir de sus territorios, sea por la paga, sea por el mal gobierno, sea por las empresas, sea por la delincuencia, sea porque la muerte natural o la muerte mala lo impidan. En un tiempo más estaremos hablando sólo entre nosotros mismos, sabiendo ya lo que vamos a decir.

También muy significativo, para quienes quieran entender, el relato sobre el encuentro que tuvo el finado sup Marcos cuando la otra campaña, hace 10 años, con un jefe indígena del noroeste del país que a su vez había recibido antes a gobiernos institucionales. Le dijo el jefe al finado: Sé bien que no querían que te reunieras conmigo, que te presionaron para que no estuvieras aquí. A mí también me presionaron para que no te recibiera. No sé por qué estás aquí. Me imagino que quienes te mandaron así te dijeron, que nos vieras y escucharas. No lo sé. Pero te voy a decir por qué te recibí. Yo he recibido a los gobiernos. Han venido de todos los colores y de todos los tamaños. Llegan, se toman su foto, dicen unas palabras, se van, no vuelven. Yo los he recibido porque mis anteriores me dijeron que mi deber era ver que mi gente, mi pueblo, no muriera, que sobreviviera. Por eso los recibí a esos, por eso te recibo a ti. No creo que me traigas ni consejos ni enseñanzas, aunque es bueno que no busques foto y escuches en lugar de hablar. A ésos los recibí porque pienso que así mi pueblo sobrevive un tiempo más y no muere. Por eso te recibo a ti, porque creo que algo se verá de lo que somos y esa mirada, aunque sólo por poco tiempo, ayudará a mi pueblo a sobrevivir.

Al preguntarle el finado sub Marcos si no le preocupaba que lo juzgaran por recibirlo, le respondió: A mí sólo me puede juzgar mi propio pueblo. Si mi pueblo me condena por eso que hice y hago, quiere decir que no me equivoqué. Porque para que me juzgue y condene, mi pueblo tiene que haber sobrevivido. Así que habré cumplido mi deber y daré buenas cuentas a los muertos, aunque los vivos me condenen.

Otro de los mensajes centrales del documento es la contundente aclaración de que no será el EZLN el que participe en la elección, el CNI es quien va a decidir si participa o no con una delegada propia, y, dado el caso, contará con el apoyo del zapatismo. Más claro no puede ser. La decisión de los pueblos en la consulta es compleja, pues justamente resisten al avasallamiento del poder, pero también, como el jefe indígena del noroeste, se apoyan en mecanismos institucionales como estrategia de sobrevivencia. Saben que el voto comunitario, individual y secreto se visibiliza y serán objeto de múltiples presiones. Ahí está la tarea de quienes hemos acompañado a los pueblos indígenas y obviamente decidamos asumirla.


http://www.jornada.unam.mx/2016/11/29/opinion/020a1pol







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