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Febrero 2017

El CNI y los zapatistas rumbo a 2018: es la hora de volvernos todos delegados



J.G.F. Héctor

P R A X I S en América Latina No. 12 feb-marz. 2017

Frente al aumento a la gasolina, la violencia de Estado, el desempleo, etc., la construcción de un nuevo mundo desde abajo y a la izquierda

El nuevo año comenzó con la celebración del 23 aniversario del levantamiento zapatista y con el anuncio, por parte del Congreso Nacional Indígena (CNI), de que después de haber consultado a “523 comunidades, [pertenecientes] a 43 pueblos de 25 estados” de todo el país, “430 comunidades están de acuerdo con la propuesta” de formar un Concejo Indígena de Gobierno (CIG), de cuyo seno se elija a una mujer que participe como candidata independiente por la presidencia de México en 2018. Esta resolución marca el inicio de un nuevo momento en la historia por la lucha de la libertad en el país. ¿Por qué decimos esto? ¿Cuál es la participación que podemos tener en este nuevo momento histórico?

Nuestra consulta no es como las del gobierno”

Para comprender el significado pro- fundo de esta acción del CNI es necesario ver, en primer lugar, que apenas se hizo pública la decisión de llevar a cabo una consulta con los pueblos originarios, el 14 de octubre de 2016, de- cenas de foros fueron organizados por simpatizantes del zapatismo y el CNI en Ciudad de México y otros lugares para analizar la iniciativa. En varios de ellos, pudimos escuchar la palabra de hombres y mujeres indígenas, delegados del CNI, en torno a sus experiencias de vida y resistencia (ver “Voces del CNI”, pp. 1, 4-5). Ya con este hecho se logró el primer objetivo de la propuesta: que la lucha de los pueblos indígenas volviera a pasar a primer plano, como no lo hacía desde la formación del CNI en 1996, según opinan algunos de sus integrantes:

Hace 20 años que casi nadie habla de los indígenas” (“Voces del CNI”, p. 1); “su objetivo es volver a poner en la agenda nacional la cuestión indígena (y creo que ya lo está logrando, desde que se dio a conocer la noticia)” (Praxis 11, p. 4). O, como lo dice el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), en sus Palabras de apertura del Quinto CNI: “Ahora es la hora de que estos suelos vuelvan a ser sembrados con el paso de los pueblos originarios [...] Que a su paso retiemble en su centro la tierra”.

Pero, como sostén de este objetivo inicial de la propuesta, podemos encontrar un segundo, de mayor profundidad. Dice otra de las delegadas del CNI: “La consulta no es como las que hace el gobierno, que te da una hoja para poner si estás de acuerdo o no, sino [que consiste en] hablar tal como lo estamos haciendo ahora: que los pueblos, tanto que pertenecen al CNI como no, nos digan cuál es la situación que están viviendo, y qué es lo que les gustaría hacer [para cambiarla]” (“Voces del CNI”, p. 4).

Y, en efecto, así es como se llevó a cabo la consulta durante los tres meses que duró, de octubre a diciembre de 2016 (ver “Mujeres de tres generaciones...” p. 2). La decisión de participar en el proceso electoral de 2018 no tiene entonces nada que ver con “tomar el poder”, o con “pedir un voto a cambio de un bote de cemento” (“Voces del CNI”, p. 5), sino con promover la organización de las voces y acciones desde abajo, que son las únicas que pueden destruir de una vez por todas el capitalismo y dar origen a algo totalmente nuevo. “Se trata”, como dice Heriberto, otro delegado del CNI, “de aprovechar la coyuntura electoral para estructurar lo nuestro; de recorrer nuevamente el país, pero ya con la experiencia de La Otra Campaña [en 2006] como antecedente” (Praxis 11, p. 4).

Escuchar, construir desde abajo

Esta idea de escuchar, construir desde abajo, es uno de los aportes del caminar zapatista y de otras comunidades indígenas durante las más recientes tres décadas. Ahora, el CNI y el resto de los pueblos originarios de México buscarán recrear
este caminar según sus propios
“calendarios y geografías”. En
el comunicado del EZLN, Una
historia para tratar de entender, publicado para explicar el
sentido de la propuesta sobre la
candidatura independiente, esta
forma de caminar, este método,
queda todavía más claro, e incluso alcanza un nuevo nivel,
ya que nos muestra que no tiene
por qué haber una contradicción insoluble entre “liderazgo”
y horizontalidad, entre “líderes” y bases.

Veamos: luego de hacer una
crítica a los que, guiados por el
racismo, el clasismo y el sexismo, rechazaron la propuesta del
CNI, el comunicado nos cuenta
que la idea de la misma es originalmente del EZLN, pero que fue compartida con el CNI en la víspera de su quinto congreso. Después de meditar sobre su significado durante la semana que duró el encuentro, los delegados del CNI decidieron aceptarla como propia y consultarla con sus pueblos. A partir de ese instante, la propuesta dejó de ser “pro- piedad privada” del EZLN y se convirtió en “patrimonio” de las comunidades originarias del país.

Este tipo de relación entre el EZLN y el CNI es el mismo que existe entre el propio EZLN y las bases de apoyo zapatistas (BAZ). Aclara el comunicado: “Nuestro trabajo, nuestra tarea como ezetaelene es servir a nuestras comunidades, acompañarlas, apoyarlas, no mandarlas. Apoyarlas, sí. A veces lo logramos. Y sí, cierto, a veces estorbamos, pero entonces son los pueblos zapatistas quienes nos dan un zape (o varios, según) para que corrijamos”.

Sí, puede que varias de las ideas de las comunidades zapatistas no tengan su origen en las bases, sino en el EZLN; sin embargo, son siempre aquéllas las que tienen la última palabra sobre si asumir o no alguna propuesta, y quienes la llevan a cabo. La subjetividad transformadora de los de abajo es, para los zapatistas, como vemos, el fundamento de todo auténtico cambio social. Este otro modo de caminar, de hacer política, pasará sin duda a primer plano durante el proceso de conformación del CIG y de la candidatura independiente para 2018.

Ni sola la práctica ni sola la teoría”

Pero, si bien escuchar y ver las voces y acciones desde abajo es el punto de partida de todo cambio auténtico, aún falta algo para poder completarlo cabal. ¿A qué nos referimos? Nuevamente, los zapatistas tienen mucho que compartirnos al respecto. En sus palabras por el 21 aniversario del levantamiento del 1 de enero de 1994, el Subcomandante Insurgente Moisés explica:

Como zapatistas que somos, aunque pequeñas y pequeños, lo pensamos el mundo. Lo estudiamos en sus calendarios y geografías. El pensamiento crítico es necesario para la lucha. Teoría le dicen al pensamiento crítico [...] El estudio y el análisis son también armas para la lucha. Pero ni sola la práctica, ni sola la teoría. El pensamiento que no lucha, nada hace más que ruido. La lucha que no piensa, se repite en los errores y no se levanta después de caer.

Entonces, para transformar el mundo, además de la resistencia práctica, concreta, se requiere de la resistencia teórica, abstracta: del pensamiento crítico. Pero, ¿qué tipo de pensamiento crítico? De aquél que esté en total unidad con la práctica revolucionaria, podemos decir, siguiendo al Sub Moi. Por ello, pensar de manera crítica significaría comprender teóricamente no sólo el funcionamiento del capital y sus mutaciones (lo cual, por supuesto, es importante y necesario para la lucha), sino ante todo las propias posibilidades emancipadoras del movimiento desde abajo, su significado liberador, para a partir de allí preguntarse y hacer: ¿Qué sigue en la construcción de un nuevo mundo, más allá del capital, donde quepan todos los mundos? ¿Cuáles son los elementos de esa nueva sociedad, para que realmente sea nueva?


Sesión del Quinto CNI en Oventik, Chiapas

En su nivel más profundo, éste es a nuestro parecer el significado de la propuesta del CNI sobre una candidatura independiente para el proceso electoral de 2018. De cierta forma, es una invitación abierta para que todos nos volvamos “delegados” y, a la vez que promovemos la organización de las voces y acciones desde abajo, promovamos también el pensamiento crítico sobre las mismas, de modo que teoría y práctica caminen siempre juntas, y podamos así dar origen a una nueva sociedad. Esta unidad teórico-práctica no es otra cosa que la capacidad transformadora plena de los sujetos desde abajo. Como dice el Sub Moi: “Lucha y pensamiento se juntan en las guerreras y guerreros, en la rebeldía y resistencia que hoy sacude al mundo aunque sea silencio su sonido”.

Naturalmente, aunque la propuesta del CNI tiene como protagonistas principales a los “pueblos, naciones, tribus y barrios de pueblos originarios” de México, esto no excluye, ni mucho menos, a otros sectores sociales que luchan desde abajo y a la izquierda por un país, un mundo mejor. Esto se hace particularmente evidente en ¡Y retembló! Informe desde el epicentro, palabras de clausura del Quinto CNI, así como en las del Subcomandante Insurgente Moisés, pronunciadas el 1 de enero de 2017. Allí, se afirma que esta iniciativa hace suyas las demandas de e invita a participar en ella a todos los que vivimos diariamente la opresión del Estado y el capital:

a los padres, madres y compañeros de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, así como a todos los que buscan a sus seres queridos desaparecidos por el Estado; a los presos políticos y sus familiares; a los maestros, maestras, alumnos y padres de familia que quieren construir una educación autónoma, en verdadera función de las necesidades sociales; a los trabajadores del sector salud que buscan frenar la privatización de los servicios médicos; a habitantes del campo y la ciudad que luchan en contra de los megaproyectos de muerte, así como por la defensa del agua, el territorio y la vida; a los medios libres y colectivos de lucha; a todo aquel, en suma, organizado o no, que diga ¡Ya basta! y quiera poner manos a la obra para construir una sociedad mejor.

Por todo ello, la iniciativa del CNI ha dado origen a un nuevo momento en la historia de la lucha por la libertad en México. El 26 y 27 de mayo se llevará a cabo la asamblea constituyente del Concejo Indígena de Gobierno, integrado por un hombre y una mujer de cada uno de los pueblos que conforman el CNI. Sin embargo, desde hoy comienza una “campaña perma- nente” en la que todos estamos invitados a participar, tanto con nuestro trabajo teórico como con nuestro trabajo práctico.

P R A X I S en América Latina No. 12 feb -marz. 2017. Pgs. 1, 5.

www.praxisenamericalatina.org/numero_12.pdf









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