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Febrero 2017

El CNI y el pensamiento de José Carlos Mariátegui

Miguel Ángel Salazar

P R A X I S en América Latina No. 12 feb -marz. 2017

Ante el cúmulo de “opiniones” desinformadas, desatada por los comunicados emitidos en el mes de noviembre de 2016 por el Congreso Nacional Indígena (CNI) y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), hacemos una somera revisión de algunos comunicados del EZLN y del nacimiento del CNI.

Recordaremos, para empezar, lo que los zapatistas manifestaron en la Primera declaración de la selva lacandona: “Hoy decimos ¡Basta! Somos los herederos de los verdaderos forjadores de nuestra nacionalidad; los desposeídos somos millones y llamamos a todos nuestros hermanos a que se sumen a este llamado” (http://enlacezapatista.ezln.org.mx/1994/01/01/primera-declaracion-de-la- selva-lacandona/).

Notemos que, a su ya basta, agregan con precisión que:

  1. Somos los verdaderos forjadores”. Esto es, los hacedores, los constructores.

  2. ¿Forjadores de qué? Los zapatistas mencionan adecuadamente: “de nuestra nacionalidad”. Sintetizando, diríamos: somos millones y somos herederos de los forjadores de nuestra patria y nacionalidad. Y escriben más adelante: “Tenemos patria y la bandera tricolor”. Notemos que los zapatistas no sólo hablan de su barrio, pueblo, nación o etnia, sino de todo México.

  3. También escriben: “Llamamos a todos nuestros hermanos a que se sumen a este llamado”, lo que clarifica que su lucha no ha sido sólo por ellos, sino por todos los mexicanos.

  4. Utilizamos los colores rojo y negro en nuestro uniforme, símbolos del pueblo trabajador”. Esto es: con conciencia de clase. Se asumen como trabajadores.

Estos cuatro puntos aparecerán recurrentemente en sus comunicados o entrevistas. Ya que los zapatistas se declaran forjadores, hacedores, constructores, es notable que no apelen a la conquista del poder por cualquier medio, sino a construirlo.

Algo similar encontramos en su comunicado del 11 de octubre de 2016, en conjunto con el CNI. Después de mencionar a 36 pueblos, naciones, tribus y barrios, precisan: “Hace 20 años dijimos que tenemos que construir nuestro propio camino, nuestro propio destino, donde haya libertad, justicia y democracia” (http://enlacezapatista.ezln.org.mx/2016/10/11/palabras-de-la-comandancia-general-del-ejercito-zapatista-de-liberacion-nacional-en-la-apertura-del-quinto-congreso-del-congreso-nacional-indigena-en-el-cideci-de-san-cristobal-de-las-casas-chiapas/).

Agregan reiterativamente:


Nuestra trinchera de lucha, trabajo y organización es donde viven, en cada barrio, en cada escuela, fábrica, en cada hospital y así en cada ciudad, municipio y estado y así. Esto sólo se logra trabajando y organizándose, ahí donde va nacer el cómo, el qué hacer según la situación en que vivimos [...] Necesitamos construir el mundo que queremos [...] Con inteligencia y sabiduría vamos trabajando y construyendo [...] Para eso debemos ser mejores [...] Si no hacemos ese trabajo, ¿quién lo va a hacer? [Hay que] poner en la práctica los pasos para ir corrigiendo y mejorando [Los subrayados son míos].

Además, se refieren a la dialéctica de práctica y teoría: “Hoy necesitamos estudiar escuchando, mirando, aprendiendo, compartiendo y practicando”. ¡Ah! Toda una lección de teoría y praxis, praxis y teoría.

También precisan: “Con el sistema capitalista en que vivimos no vendrá nada bueno para nosotros los pueblos pobres del campo y la ciudad”. Al definirse como pueblos pobres, se dan una definición ideológica y un sentido dialectico.

Ya José Carlos Mariátegui en sus Siete ensayos de interpretación de la realidad peruana, escrito en 1928, en la siguiente cita, parece referirse a México desde los tiempos de la invasión europea hasta la fecha:

Todas las tesis sobre el problema indígena, que ignoran o eluden a éste como problema económico-social, son otros tantos estériles ejercicios teoréticos, y a veces sólo verbales, condenados a un absoluto descrédito. No las salva a algunas su buena fe. Prácticamente, todas no han servido sino para ocultar o desfigurar la realidad del problema. La crítica socialista lo descubre y esclarece, porque busca sus causas en la economía del país y no en su mecanismo administrativo, jurídico o eclesiástico, ni en su dualidad o pluralidad de razas, ni en sus condiciones culturales y morales. La cuestión indígena arranca de nuestra economía. Tiene sus raíces en el régimen de propiedad de la tierra. Cualquier intento de resolverla con medidas de administración o policía, con métodos de enseñanza o con obras de vialidad, constituye un trabajo superficial o adjetivo, mientras subsista la feudalidad de los “gamonales*” (“http://documents.routledge-interactive.s3.amazonaws.com/9780415854375/Document%205.4%20Mariategui%20Spanish.pdf).




José Carlos Mariátegui (1894-1930)

En esa misma obra, Mariátegui expone otras ideas:

[El problema del indio] tiene sus raíces en el régimen de propiedad de la tierra [...] El medio económico social condiciona inexorablemente la labor del maestro [...] El resurgimiento indígena no proviene de un proceso de “occidentalización” [...] El gamonalismo no está representado sólo por los gamonales propiamente dichos. Comprende una larga jerarquía de funcionarios, intermediarios, agentes, parásitos [...] La cuestión del indio, más que pedagógica, es económica, es social, etc.

La cita anterior se vuelve a hacer vigente ante la andanada de comentarios de amplios sectores de la sociedad en México ante la publicación del comunicado del CNI-EZLN, Que retiemble en sus centros la tierra (http://enlacezapatista.ezln.org.mx/2016/10/14/que-retiemble-en-sus-centros-la- tierra/).

Este comunicado, con su redacción precisa y clara, recupera el contenido, sentido y valor de las palabras, tan prostituidas por los políticos partidistas en los últimos tiempos. Después de mencionar 33 lenguas nacionales y 27 denuncias de despojos, como ejemplos en el país, el CNI y el EZLN ano- tan:

La rebeldía pues, la construimos desde nuestras pequeñas asambleas en localidades que se conjuntan en grandes asambleas comunales, ejidales, en juntas de buen gobierno y en acuerdos como pueblos que nos unen bajo una identidad [...] En nuestros pueblos nos construimos cada día [...] Los pueblos de las ciudades deben también crear formas dignas y rebeldes para no ser asesinados [...] Es nuestra obligación a la que sólo podemos responder de forma colectiva.

Luego, agregan certera y puntualmente el objetivo de su lucha: “Ratificar nuestra de- cisión de seguir vivos construyendo la esperanza de un futuro posible únicamente sobre las ruinas del capitalismo.” Otra vez, con es- tos párrafos, el EZLN y el CNI nos brindan una magistral definición dialéctica de teoría y praxis.

Además, nos comunican sus acuerdos: “Este Quinto CNI determinó iniciar una consulta [...] Nos declaramos en asamblea permanente [para] nombrar un concejo indígena de gobierno [y] una mujer indígena, delegada del CNI como candidata independiente que contienda a nombre del CNI y el EZLN en el proceso electoral del año 2018 para la presidencia de este país”.

Y precisan: “Nuestra lucha no es por el poder, no lo buscamos; sino que llamaremos a los pueblos originarios y a la sociedad civil a organizarnos para detener esta destrucción, fortalecernos en nuestras resistencias y rebeldías, es decir en la defensa de la vida de cada persona, cada familia, colectivo, comunidad o barrio. De construir la paz y la justicia rehilándonos desde abajo, desde donde somos lo que somos [...] de construir una nueva nación”.

Quiero recalcar que desde 1994, el EZLN, y recientemente el CNI, con su comunicado conjunto, nos enseñan con su forma precisa de comunicarse a recuperar o darle sentido y contenido no sólo a la palabra, sino a la teoría y la praxis.

Ante la tormenta que vivimos en los inicios de este 2017, exacerbada por el gasolinazo y la avalancha de incrementos en los precios que golpean a las grandes mayorías, es indispensable definirse como individuo, colectivo o gremio ante la historia, a fin de comunicarnos, entendernos y comprendernos mejor para la acción revolucionaria anticapitalista, tal como nos convocan los pueblos del CNI y el EZLN.

Lo anterior, ante los grotescos ejemplos de articulistas, analistas, comentaristas, periodistas, locutores, políticos y politólogos en prensa, radio y televisión, así como de algunos simpatizantes y aun militantes zapatistas y neo zapatistas.


Nota


* Gamonal. En Perú, cacique, persona que ejerce excesiva influencia. La feudalidad de los gamonales se refiere al “gamonalismo” como sistema generalizado que hace que un indígena con cargo de capataz o propietario explote, humille o maltrate a los originarios de su tierra.



P R A X I S en América Latina No. 12 feb -marz. 2017. Pg. 4.

www.praxisenamericalatina.org/numero_12.pdf









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