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Octubre 2017

Lecciones de la protesta en Achacachi



Editorial PUKARA

Número 134

Si la derecha retorna, será responsabilidad exclusiva del actual gobierno «de izquierda».

La protesta de Achacachi por el procesamiento y renuncia de su alcalde municipal calificado de corrupto, ha culminado con la violenta intervención policial en los principales puntos de bloqueo. ¿La tranquilidad ha retornado? Cualquier observador advertido, sabe que no es así.

Esa revuelta ha trastornado creencias y convicciones hasta ahora comunes sobre lo indígena en Bolivia. Las cosas ya no serán como antes. Esos hechos prefiguran nuevos acontecimientos:

El conflicto de Achacachi fue una humillación simbólica a la autoestima del partido gobernante y de sus principales líderes, principalmente Evo Morales. Este gobierno asentó su legitimidad en su origen indígena, forjando la mitología de que esta población era su sustento incondicional. Ya antes hubo contradicciones entre gobierno e indígenas; sin embargo, ni Chaparina, Caranavi o el TIPNIS tuvo efecto tan impactante como Achacachi. En los sucesivo, el distanciamiento entre gobierno e indígenas será más intenso.

La separación entre indígenas y gobierno será más patente porque el gobierno se entrampó en discursos y prácticas erradas. Lo de Achacachi es un desmentido a las distracciones pachamamistas. Sin embargo, el discurso gubernamental no tiene otra interpretación sobre lo indígena. Al ser ésta postiza, la relación concreta entre gobierno e indígenas se da en términos coloniales: el poder sobrevive por el clientelismo con sectores intermediarios corruptos, lo que le asegura la adhesión y pleitesía de los colonizados; al mismo tiempo, el poder colonial asegura la sobrevivencia de esos intermediarios.

El caso de Achacachi lo demuestra elocuentemente. Así, el gobierno está amarrado a sus alcaldes corruptos y el distanciamiento con la población será cada vez más intenso e inevitable.

Se abre, sin embargo, una interrogante sobre los efectos inmediatos de esa protesta. ¿Será inicio de la descolonización o soporte para que los conservadores desplazados retornen al poder? Irónicamente, si solo sirviera a la derecha, la responsabilidad entera será del actual gobierno «de izquierda». La inaudita ineptitud gubernamental y su distanciamiento de los principios indígenas, ocasionó que los símbolos y principios de esta población se devalúen y desprestigien, ¡incluso entre los mismos indígenas! Tres ejemplos:

En Achacachi la población en cabildo decidió no utilizar más la wiphala, sino sólo la tricolor boliviana, al constatar que el símbolo indígena había degenerado a convertirse sólo en un repudiado símbolo partidario del MAS. La figura del Che Guevara es cada vez más odiada entre los indígenas; recordemos que hace años, en El Alto, fue emplazado un monumento a ese luchador en un lugar que estaba destinado a rememorar a Tupak Katari y Bartolina Sisa.

Finalmente, el repetitivo y vacío discurso «anti imperialista» contra los Estados Unidos, sólo fomenta en muchos la ilusión que en esa referencia pueda estar la verdadera solución para lograr dignidad y derecho.



Editorial PUKARA Cultura sociedad y política de los pueblos originarios. Periódico Mensual Octubre 2017 Qollasuyu Bolivia Año 11 Número 134. Pg. 2.

http://www.periodicopukara.com/archivos/pukara-134.pdf





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