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Febrero 2019

La ocurrencia de “elecciones primarias” en Bolivia

Editorial

PUKARA

El último domingo de enero tuvieron lugar en Bolivia elecciones primarias sui generis. Las primarias sirven para escoger entre varios pretendientes quién o quiénes representarán a un partido en una justa electoral. Ello supone varios contendientes. Sin embargo, en las primarias bolivianas había una sola fórmula por organización política, sin ninguna otra alternativa. O sea, ¡todos los postulantes, al no tener contendor, eran ya virtuales ganadores!

Sin embargo, sin empacho ni rubor se procedió a esas elecciones que significó un gasto insulso de más de 27 millones de bolivianos (casi 8 millones de dólares), cifra importante en un país con teleféricos en su ciudad sede de gobierno y canchas de césped sintético en todo el área rural, pero con déficit de escuelas, hospitales y agua potable y alcantarillado en poblaciones pequeñas y ciudades intermedias.

El escándalo no es solamente el ridículo de la disfuncionalidad institucional, ni el dispendio de fondos públicos, sino el proceso político que hace que estas aberraciones sean corrientes en la administración boliviana.

Se ha interpretado últimamente la descolonización como si fuese un simpático proceso de “recuperación de saberes” y de exhibición de diferencias. De esa manera, se ha soslayado lo primordial de una descolonización que es el cambio de estructuras. La colonización estructuró un aparato institucional para garantizar su injusto empoderamiento; ese aparataje, al mismo tiempo, recreaba un universo ideológico para justificar y mantener ese estado de cosas. La “independencia” de Bolivia no implicó desmantelar esos dispositivos ni desalojar su infraestructura ideológica. Al contrario, ambas fueron remozadas y sirvieron de basamento para nuevos poderes de colonialismo interno.

El actual gobierno del MAS no es una negación de esa fatalidad, sino su posmoderna y folklórica expresión.

Ante la potestad de gobiernos dóciles y sin personalidad, quiénes están interesados en la permanencia de esa perversidad no son los pueblos, sino intereses extranjeros que de esa manera desarrollan la incautación del alma y de los recursos de las sociedades así subyugadas. De ahí que la “modernización” del aparato estatal boliviano haya siempre correspondido a los dictámenes de misiones de países extranjeros y, ahora, a las sugerencias y asesoramientos de organismos internacionales.

No puede ser otro el origen de la actual fantasía de las primarias en Bolivia. Las administraciones colonizadas agarran cualquier “aporte” de sus capitanes sin siquiera captar ni asimilar sus intenciones modernizantes y asimilacionistas, sino interpretándolas según sus estrechos intereses, en este caso validar de alguna manera la re postulación de Evo Morales y de García Linera, aunque en ello se cometan torpezas y contradicciones. Una de estas: Los candidatos del MAS no pierden ocasión para su incontinencia verbal antiimperialista y denostar la democracia llamada formal. Las primarias son, sin embargo, una contribución política norteamericana pues sus orígenes se remontan al movimiento progresista de Teodoro Roosevelt, que a partir de 1901 implantó ese procedimiento, seguido luego por los partidos republicano y demócrata. Un poco como los birretes y togas que ostenta Evo Morales cuando se hace galardonar con doctorados “honoris causa”.

PUKARA Cultura sociedad y política de los pueblos originarios. Periódico Mensual Febrero 2019 Qollasuyu Bolivia Año 12 Número 150. p. 2.

http://www.periodicopukara.com/archivos/pukara-150.pdf





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