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Abril 2019

Ante la “nueva” propuesta de “reforma educativa” de AMLO: Continúa la lucha de los maestros por una nueva educación

RRC Paco

PRAXIS

Los grandes hechos acontecen dos veces, una vez como gran tragedia y otra como lamentable farsa.

—Karl Marx

El 20 de marzo profesores de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) impidieron el acceso de los diputados al Palacio Legislativo de San Lázaro para evitar que las comisiones unidas de Educación y Puntos Constitucionales avalaran el dictamen sobre la “reforma educativa”. Una semana después repitieron el acto de protesta, esta vez impidiendo que los legisladores salieran del recinto. Aun así, éstos aprobaron la reforma con 48 votos a favor, nueve abstenciones y tres votos en contra.

Desde que la “reforma educativa” (en realidad, una ley laboral contra l@s maestr@s que en nada modifica la cuestión fundamental de la educación) fue anunciada en 2013, miles de docentes han estado en la primera línea de resistencia contra la misma. La entrada del nuevo gobierno parecía abrir la oportunidad de diálogo para cancelar la reforma; sin embargo, a más de cien días del inicio de la administración de López Obrador (AMLO), la reforma parece seguir el curso que ha tenido hasta ahora, por lo que los maestros han retomado la protesta. Así, han iniciado una jornada de movilizaciones semanales frente al Congreso.

Rolando López, profesor de secundaria del estado de Oaxaca afirma que “el dictamen no retoma los compromisos hechos con el magisterio durante la campaña y tampoco da solución de fondo
a los problemas de la educación en México.
Por eso queremos exigirle a AMLO que en
la reforma educativa se retiren del Artículo 3 [constitucional] todos los aspectos laborales
sobre admisión o promoción de los maestros.

También estamos exigiendo:

1) cancelación del modelo educativo neoliberal;

2) que el Plan Educativo contemple las propuestas de los maestros, y

3) que no se permita la intromisión de la iniciativa privada en los centros escolares públicos.

Es absurdo que la relación laboral no se
quiera regir por el apartado B del Artículo
123 de la Constitución, porque los maestros somos trabajadores al servicio del Estado, y se nos quiere meter en un régimen de excepción y que nos veamos regidos por el Artículo 3 constitucional. ¿De dónde sale eso?

Otro punto muy importante que estamos demandando es que las promociones, incrementos salariales o promociones a supervisor, director o jefe de área se den de acuerdo con mecanismos que decida el SNTE [Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación] con la SEP [Secretaría de Educación Pública], y no se mantenga como dice la ley que serán por concurso de oposición, en función de la Ley General del Servicio Profesional Docente. El decreto que se pretende aprobar, también invade la materia de trabajo. Queremos que los mecanismos para el ingreso al magisterio o la entrega de plazas sean en automático para los egresados de las escuelas normales. Para ello se deben quitar estos dos párrafos [de la reforma]. Permítame leérselos:

La admisión, promoción y reconocimiento del personal que ejerza la función magisterial, directiva o de supervisión se realizará a través de procesos de selección a los que concurran los aspirantes en igualdad de circunstancias.

Estos procesos de selección serán públicos, transparentes, equitativos e imparciales y considerarán los conocimientos, aptitudes y experiencia necesarios para el aprendizaje y el desarrollo integral de los educandos.

Es claro que con esta ley neoliberal cualquier profesionista puede concursar por una plaza magisterial, siempre y cuando aprueben la selección. Con ello se desconoce la carrera magisterial y la preparación en las normales”.

Cambia el organismo vigilante

El Instituto Nacional para la Evaluación de le Educación (INEE) fue creado el 8 de agosto de 2002 por el presidente Vicente Fox y convertido en organismo público autónomo con personalidad jurídica y patrimonio propio por Enrique Peña Nieto el 26 de febrero de 2013.

Al respecto Guadalupe Madrigal, profesora de primaria del estado de Michoacán, afirma: “Los gobiernos anteriores (Vicente Fox y Enrique Peña Nieto) usaban este organismo para culpar a los maestros, y por tanto castigarnos con el despido. Era el organismo punitivo del Ejecutivo en turno, el instrumento persecutor, y será reemplazado por un Centro para la Revalorización del Magisterio y la Reforma Continua de la Educación.

De este nuevo centro queremos decir que los profesores no nos oponemos a ser evaluados de manera formativa, es decir, cuando se acompaña de los programas pertinentes de capacitación y actualización. Este organismo le hará la ‘chamba’ a la SEP, ya que entre sus funciones emitirá lineamientos relacionados con el desarrollo del magisterio, el desempeño escolar y los resultados de aprendizaje.

Debemos tener claro que, al estar a cargo de un consejo tripartita entre el Estado, el magisterio y padres de familia, se corre el riesgo de que las medidas que se impongan sean de común acuerdo entre los padres de familia y el Estado contra el magisterio”.

El carácter populista de la “nueva reforma”

La “reforma educativa” impulsada por la nueva administración abroga la Ley General de Servicios Profesionales Docentes (será sustituida por el Servicio de Carrera Profesional del Magisterio) y la Ley del Instituto Nacional para la Evaluación Educativa, así como propone reformar los Artículos 3, 31 y 73 de la Carta Magna.

Marion Llyod, investigadora del Instituto de Investigaciones Sobre la Universidad y la Educación (II- SUE) de la UNAM, menciona que: “Construir más escuelas y avalar la obligatoriedad de la educación superior son puntos de alerta y deberán estar sustentados con claridad en la iniciativa, ya que hacer obligatorio cursar la universidad ‘será una ridiculez’ si no hay los espacios suficientes, y porque al ampliar la matricula casi al 100% es muy probable que el mercado laboral no pueda absorber tal cantidad de egresados.

“Construir 100 universidades públicas en seis años está fuera de cualquier posibilidad de cualquier país del mundo. Es más importante concentrarse en sanar las instituciones que ya tenemos y ampliar la matrícula en esas mismas antes que crear más planteles”.
Otra opinión más al respecto la externó la profesora de la Sección 22 de la CNTE, Nayeli Ruiz, quien considera que

crear 100 universidades sólo es populismo. En México no hay recursos económicos, materiales o académicos para lograrlo. El riesgo de crearlas pese a todo es que terminan siendo universidades pobres para pobres.

En muchos estados del país las escuelas rurales carecen de infraestructura, no hay salones y bancas en buenas condiciones.

Eso es más importante, hay prioridades, como infraestructura y planes de estudio. Lo demás (becas, mejoramiento de normales, obligatoriedad) es populismo.”

El sociólogo de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) Roberto Santamaría afirma que “la propuesta presentada por AMLO es una reforma laboral con un tinte populista plenamente marcado. Pretende cumplir una promesa de campaña y le está respondiendo a una base de votantes porque su proyecto va más allá de seis años.

“El objetivo principal de toda reforma educativa es mejorar el sistema educativo por considerarlo incompleto o desactualizado, y esto con la propuesta de la Comisión de Educación está muy lejos de cumplirse.

“Si se desea cambiar la educación, el cambio debe ser de raíz. ¿Dónde están los nuevos programas de educación básica?

¿Por qué impulsar una reforma educativa en lo oscurito?”

***
El nuevo proyecto educativo de la “Cuarta Transformación” requiere de romper con las cadenas tutelares del Estado y los grupos empresariales y apostar por construir horizontes distintos dentro y fuera de la lógica estatal, acordes con las necesidades del desarrollo del país y no del capitalismo.

Revista PRAXIS EN AMÉRICA LATINA – teoría/ practica. Edición más reciente #25 abril-mayo 2019. p. 6.

http://www.praxisenamericalatina.org/







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