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Los Bombardeos :

Detrás de la Retórica

Noam Chomsky

Text in English: http://www.zmag.org/current_bombings.htm

 

Ha habido muchas preguntas acerca de los bombardeos de la OTAN ( sigla que significa principalmente EEUU ) en relación con Kosovo. Se ha escrito mucho sobre el tema, incluso en los comentarios de Znet. Me gustaría hacer unas observaciones generales, considerando hechos que no se disputan seriamente.

Hay dos cuestiones fundamentales: (1) ¿ cuales son las reglas del "orden mundial"aceptadas y aplicables ? (2) ¿ De que modo se aplican estas u otras consideraciones al caso de Kosovo?

(1) ¿Cuáles son las reglas " del orden mundial" aceptadas y aplicables?

Hay un régimen de ley internacional y orden internacional, obligatorio para todos los estados, basado en la Carta de la ONU y en resoluciones subsecuentes y en decisiones de la Corte Internacional. En resumen, la amenaza o el uso de la fuerza se prohibe a menos que explícitamente sea autorizado por el Consejo de Seguridad después de que ha determinado que los medios pacíficos han fallado, o en autodefensa contra un "ataque armado" (un concepto restringido) hasta que actúa el Consejo de Seguridad.

Hay, por supuesto, más que decir. Así hay por lo menos una tensión, si no una contradicción , entre las reglas de orden del mundo establecidas en la Carta de la ONU y los derechos articulados en la Declaración Universal de Derechos del Hombre (DU), que es un segundo pilar del orden del mundo que establecimos por iniciativa nuestra después de la Segunda Guerra Mundial. La Carta condena la fuerza que viola la soberanía estatal; la DU garantiza los derechos de los individuos frente a estados opresores. La cuestión de la "intervención humanitaria" emerge de esta tensión. Es el derecho de "intervención humanitaria" el reclamado por la OTAN en Kosovo, y es generalmente apoyado por la opinión editorial y por la redacción de noticias (en el último caso, reflexivamente, hasta en la misma selección de la terminología).

Esto se percibe en un reporte noticioso que aparece en el NY Times (el 27 de marzo), que lleva por título, "Estudiosos Legales Apoyan Uso de la Fuerza" en Kosovo (marzo 27). Se ofrece un ejemplo: Allen Gerson, ex consejero de la misión de EEUU en la ONU. Se citan también a dos estudiosos legales. Uno, Ted Galen Carpenter, "que se mofa de los argumentos de la Administración" y que rechaza el derecho de intervención. El tercero es Jack Goldsmith, un especialista de derecho internacional de la escuela de derecho de Chicago. Éste último dice que los críticos del bombardeo de la OTAN "tienen un argumento legal bastante bueno ," pero que "muchas personas piensan que existe una excepción para la intervención humanitaria como una materia de costumbre y de práctica." A esto se resume la evidencia ofrecida para justificar la conclusión favorecida y declarada en el encabezamiento del artículo.

La observación de Goldsmith es razonable, por lo menos si estamos de acuerdo en que los hechos son pertinentes en la determinación de "costumbres y prácticas." También deberíamos tener en mente un truismo: el derecho de intervención humanitaria, si existe, tendría como premisa la "buena fe " de los que intervienen , y esa presunción se basa no en su retórica sino en su record, en particular su record de adhesión a los principios de la ley internacional, las decisiones de las Cortes Internacionales, etc. Esto es, indudablemente un truísmo, al menos si se trata de otros. . Considere, por ejemplo, la oferta iraní de intervenir en Bosnia para prevenir matanzas en una época en que Occidente no lo haría. Fueron despedidos con ridículo (de hecho, ignorados); si había alguna razón más allá de la subordinación al poder, ésta estaba en que la "buena fe" iraní no se podía presumir . Entonces, una persona racional hace preguntas obvias: ¿es que el record iraní de intervención y terror era peor que el de EEUU? Y otras preguntas, por ejemplo: ¿Cómo debemos evaluar la "buena fe " del único país que ha vetado una resolución del Consejo de Seguridad que llamaba a todos los estados a obedecer la ley internacional? ¿Qué decir sobre su record histórico? Aunque tales preguntas son prominentes en la agenda del discurso, una persona honesta las desechará como pura obediencia a la doctrina. Un ejercicio útil es determinar en cuánto de la literatura- de los medios de comunicación u otra--sobreviven condiciones tan elementales como éstas.

(2) ¿De qué modo éstas u otras consideraciones se aplican en el caso de Kosovo?

El año pasado hubo una catástrofe humanitaria en Kosovo, abrumadoramente atribuible a fuerzas del ejército yugoslavo. Las víctimas principales fueron albano-kosovares étnicos, que son el 90% de la población de este territorio yugoslavo. La estimación normal es de 2000 muertos y de cientos de miles de refugiados.

En tales casos los extranjeros tienen tres opciones:

(I) tratar de realizar una escalada de la catástrofe

(II) No hacer nada

(III) Tratar de mitigar la catástrofe

Las opciones se ilustran a través de otros casos contemporáneos. Consideremos unos pocos de aproximadamente la misma escala , y la pregunta es si Kosovo encaja en la pauta.

  1. Colombia. En Colombia según estimaciones del departamento de Estado, el nivel anual de matanza política por parte del gobierno y de su socios paramilitares está al nivel de Kosovo, y la fuga de refugiados debido a sus atrocidades está muy por encima del millón . Colombia ha sido el principal destinatario del hemisferio Occidental en materia de armamento y entrenamiento mientras la violencia aumentaba durante los '90s, y esa ayuda está aumentando ahora, bajo el pretexto de un "guerra de la droga", pretexto desechado por casi todo los observadores serios. La administración Clinton era particularmente entusiasta en su alabanza al presidente Gaviria, que durante su estancia en el cargo fue responsable de "espantosos niveles de violencia," según organizaciones de los derechos humanos, sobrepasando en esto a sus predecesores. Los deetalles están a la mano..
  2. En este caso la reacción de los EEUU fue (I): realizar una escalada a las atrocidades.

  3. Turquía. Según una estimación muy conservadora, la represión turca a los Kurdos en los '90s cae en la categoría de la de Kosovo. Llega al climax a principios de los '90s; un índice es la huída entre 1990 y 1994, de más de un millón de kurdos del campo hacia la capital extraoficial kurda de Diyarbakir , mientras el ejército turco devastaba el campo. 1994 marca dos datos: es "el año de la peor represión en las provincias kurdas " de Turquía, Jonathan Randal informó de esto desde el lugar de los hechos, y es el año en que Turquía se volvió "el importador más grande de material militar americano y se convierte así en el mayor comprador de armas en el mundo." Cuando grupos de los derechos humanos denunciaron que Turquía usaba los aviones a reacción de EEUU para bombardear aldeas, la Administración Clinton encontró maneras de evadir leyes que exigían la suspención de la entrega de armas, como se hacía en Indonesia o en otras partes.
  4. Colombia y Turquía explican sus atrocidades (apoyadas por EEUU) en base a que defienden a sus países de la amenaza de guerrillas terroristas. Como lo hace el gobierno de Yugoslavia.

    De nuevo, el ejemplo ilustra (I): trata de realizar una escalada de las atrocidades.

  5. Laos. Cada año miles de personas, principalmente niños y granjeros pobres, se matan en la Llanura de Jars en el Norte de Laos; allí aparece la escena del bombardeo a campesinos más pesado que la historia conoce, y se puede sostener, el más cruel: El furioso ataque de Washington a una sociedad de campesinos pobres, no tiene nada que ver con sus guerras en la región. El peor período fue el de1968, cuando Washington fue obligado (bajo la presión popular y de los negocios) a negociar para poner fin al bombardeo regular de Vietnam Norte. Kissinger-Nixon entonces habían decidido cambiar de planes y dirigir los aviones a bombardear Laos y Camboya.

Las muertes son de "bombies," armas anti-personales diminutas, desde lejos algo peor que las minas terrestres: se diseñan específicamente para matar y mutilar, y no tienen ningún efecto en camiones, edificios, etc. se saturó La Llanura con cientos de millones de estos aparatos delictivos, que tienen una tasa fracaso-a-explosión del 20% al 30% según el fabricante, Honeywell. Los números sugieren o una pobre calidad de control o una política racional para asesinar campesinos en acción retardada. Éstos eran sólo un fragmento de la tecnología que se desplegó, incluso proyectiles avanzados para penetrar en cuevas donde las familias buscaron resguardo. Los accidentes actuales anuales de "bombies" se estiman en cientos por año a "una tasa anual de 20,000 accidentes," más de la mitad fatales, según el veterano reportero en Asia , del Wall Street Journal,. Barry Wain. Una estimación conservadora , entonces, es que la crisis este año es aproximadamente comparable a la de Kosovo, aunque las muertes están mucho más concentradas entre los niños-- más de la mitad, según análisisis del Comité Central Mennonita, que ha trabajado allí desde 1977 para aliviar las atrocidades que continúan.

Ha habido esfuerzos por publicitar y tratar esta catástrofe humanitaria. Un grupo británico- (MAG) está tratando de remover los objetos letales, pero los EEUU "está conspicuamente ausente del puñado de organizaciones Occidentales que han seguido a MAG," reporta la prensa británica , aunque ha estado de acuerdo finalmente en entrenar a algunos campesinos de Laos. La prensa británica también informa, con algo de enojo, del alegato de los especialistas de MAG de que nos negamos a proporcionarles a ellos " procedimientos seguros" que harían su trabajo "mucho más rápido y mucho más seguro." Éstos quedan como un secreto de estado, como ocurre con todo en los Estados Unidos. La prensa de Bangkok proporciona informes sobre una situación muy similar en Camboya, particularmente en la región Oriental donde los bombardeos de EEUU de principios de 1969 eran muy intensos.

En este caso nuestra reacción es (II): no hacer nada. Y la reacción de los medios de comunicación y de los comentaristas es guardar silencio, siguiendo las normas bajo las que se diseñó la guerra contra Laos, "una guerra confidencial"--significado bien conocido, pero suprimido, como también fue el caso de Camboya desde marzo de 1969. El nivel de auto-censura era entonces extraordinario, como ahora. La pertinencia de este ejemplo chocante debe ser obvia sin más comentario.

Saltaré otros ejemplos de (I) y (II), que abundan, y también atrocidades contemporáneas mucho más serias, tales como la gran matanza de campesinos Irakíes por medio de una forma particularmente viciosa de guerra biológica-- "una opción muy dura," comentó Madeleine Albright en la Televisión nacional en 1996, cuando se le preguntó sobre su reacción ante la matanza de medio millón de niños Irakíes en 5 años, pero "pensamos que el precio valía la pena." Estimaciones actuales calculan aproximadamente 5000 niños muertos al mes, y el precio todavía "vale la pena." Estos y otros ejemplos se pueden presentar cuando leemos retóricas intimidantes sobre cómo el "compás moral" de la Administración Clintón está por fin funcionando propiamente, como lo ilustra el ejemplo de Kosovo.

¿Pero qué ilustra este ejemplo? La amenaza de bombardeos de la OTAN, se podía prever, llevó a un ascenso vertical de atrocidades de parte del Ejército serbio y de los paramilitaries, y a la salida de observadores internacionales, que por supuesto tuvo el mismo efecto. El Comandante General Wesly Clark declaró eso que era "enteramente predecible" eso de que el terror serbio y la violencia se intensificaría después del bombardeo de la OTAN, precisamente como pasó. El terror por primera vez llegó a la importante ciudad capital de Pristina, y hay informes creíbles en general, de destrucción en gran escala de pueblos, asesinatos, generación de un enorme flujo de refugiados, quizás un esfuerzo por expelulsar una buena parte de la población albanesa--todo "enteramente predecible", consecuencia de la amenaza y luego, del uso de fuerza, como el General Clark debidamente observa.

Kosovo es por consiguiente otra ilustración de (I): tratar de realizar una escalada a la violencia, precisamente con ese cálculo.

Encontrar ejemplos ilustrando (III) es demasiado fácil, por lo menos si nos atenemos a la retórica oficial. El mayor estudio académico reciente sobre la "intervención humanitaria," realizado por Sean Murphy, repasa los antecedentes desde el pacto Kellogg-Briand de 1928 que proscribió la guerra, y desde entonces hasta la Carta de la ONU , que fortaleció y articuló estas provisiones. En la primera fase escribe, los ejemplos más prominentes de "intervención humanitaria" son el ataque de Japón a Manchuria, la invasión de Mussolini a Etiopía, y la ocupación por Hitler de partes de Checoslovaquia. Todo se acompañó por una retórica muy alzada sobre el humanismo, así como de justificaciones factuales. Japón iba a establecer un "paraíso terrenal" cuando defendió a los Manchurianos de los "bandoleros chinos," con el apoyo de un lider principal nacionalista chino, una figura mucho más creíble que cualquier otro que los EEUU hubiera podido convocar durante su ataque en Vietnam Sur. Mussolini liberaba a miles de esclavos cuando llevó adelante la "misión civilizadora " de Occidente. Hitler les anunció la intención de Alemania de acabar con las tensiones étnicas y la violencia, y "resguardar la individualidad nacional de los pueblos alemán y checo ," en una operación "plena del serio deseo de servir los intereses verdaderos de los pueblos que moraban en el área," de acuerdo con su voluntad; el presidente eslovaco le solicitó a Hitler declarar Eslovaquia un protectorado.

Otro ejercicio intelectual es comparar esas justificaciones obscenas con ésas ofertas de intervenciones, incluídas las"intervenciones humanitarias," en el período posterior a la Carta de la ONU...

En ese período quizás el más señalado ejemplo de (III) es la invasión Vietnamita a Camboya, en diciembre de 1978, que termina con las atrocidades de Pol Pot, que estaban entonces en su climax. Vietnam apeló al derecho de autodefensa contra un ataque armado, uno de los pocos ejemplos post-Carta donde esta apelación es creíble: el régimen del Khmer Rouge (Kampuchea Democrática, DK) llevaba a cabo ataques asesinos contra Vietnam en áreas fronterizas. La reacción de los EEUU es instructiva. La prensa condenó a los "Prusianos" de Asia por su violación ultrajante a la ley internacional. Fueron severamente castigados por el crimen de haber terminado con las matanzas de Pol Pot, primeros por una invasión china (apoyada por los EEUU), luego por la imposición por parte de EEUU de sanciones sumamente ásperas. EEUU reconoció al gobierno expulsado DK como el gobierno oficial de Camboya, dada su "continuidad" con el régimen de Pol Pot, explicó el Departamento de Estado. No demasiado sutilmente, EEUU apoyó al Khmer Rouge en sus continuos ataques contra Camboya.

El ejemplo nos dice más sobre las "costumbres y prácticas" que están debajo de "la intervención humanista emergente".

A pesar de los esfuerzos desesperados de los ideólogos por demostrar que los círculos son cuadrados, no hay ninguna duda seria de que los bombardeos de la OTAN además vienen a minar los restos de la frágil estructura de la ley internacional. EEUU tornó esto completamente claro durante las discusiones que llevaron a la decisión de la OTAN. Aparte del Reino Unido (por ahora, un actor tan independiente como lo fuera Ukrania en los años pre-Gorbachev), los países de la OTAN eran escépticos sobre la política de los EEUU, y estaban particularmente molestos ante la danza de sables de la secretaria de Estado Albright (Kevin Cullen, Boston Globe, Feb. 22). Hoy, cuanto más uno se aproxima a esta región conflictiva, más grande es la oposición a la insistencia de Washington sobre el uso de la fuerza, aún dentro de la OTAN (Grecia e Italia). Francia había exigido una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que autorizara el despliegue de las fuerzas pacificadoras de la OTAN. A lo que EEUU se negó rotundamente , insistiendo en su posición de que" la OTAN debía actuar independientemente de las Naciones Unidas," como lo explicaban los funcionarios del Departamento de Estado.. EEUU se negó a permitir que "la palabra neurálgica" "autorizar" apareciera en la declaración final de la OTAN, mal dispuesto a concederle cualquier autoridad a la Carta de la ONU o a la ley internacional sólo permitió la palabra "endosar" (Jane Perlez, NYT, Feb. 11). Del mismo modo, el bombardeo de Irak era una expresión de desprecio por la ONU, al igual que el momento específico que se eligió, y se entendió así. Y por supuesto lo mismo es cierto con respecto a la destrucción de la mitad de la producción farmacéutica de un pequeño país africano unos meses atrás, un evento que tampoco indica que el "compás moral" va con la rectitud--ni hablar de un registro que se podría repasar de forma prominente ahora mismo si se consideraran hechos pertinente para determinar "costumbre y práctica."

Se puede argumentar, con alguna plausibilidad, que una demolición más amplia de las reglas del orden del mundo ya es irrelevante, así como habían perdido su significado a fines de1930s. El desprecio del poder principal del mundo por el armazón del ordenamiento mundial se ha vuelto tan extremo que ya no queda siquiera la posibilidad de discutirle..Un repaso por el interior del registro documental demuestra que esta posición se remonta a los días más tempranos, incluso hasta el primer memorándum del recientemente formado Consejo de Seguridad Nacional, en 1947. Durante los años de Kennedy, esta posición empezó a ganar expresión abierta. La principal innovación de los años Reagan-Clinton es ese desafío a la ley internacional y la Carta de la ONU ha quedado completamente abierta. Todo esto ha sido respaldado por explicaciones interesantes, que podrían estar en las páginas de portada, y ser prominentes en el plan de estudios escolar y universitario, si es que la verdad y la honestidad fueran consideradas valores significativos . Las más altas autoridades explican con brutal claridad que la Corte Internacional, la ONU, y otro agencias se han vuelto no pertinentes porque ya no siguen las órdenes de los EEUU, como lo hacían en los años tempranos de la postguerra.

Uno puede adoptar entonces la posición oficial. Ésa sería una posición honrada, por lo menos si es acompañada por la negativa a jugar el cínico juego de quien se autoproclama virtuoso y que al mismo tiempo se maneja despreciando los principios de la ley internacional como una arma muy selecta contra enemigos que se alternan.

Mientras los Reaganites araban en tierra nueva, bajo Clinton el desafío al ordenamiento mundial ha llegado a ser tan extremo como para preocupar a analistas "halcones" de la política . En la emisión presente del periódico del establecimiento principal, Foreigm Affairs, Samuel Huntington advierte que Washington ha tomado una dirección peligrosa. A los ojos de mucha gente--probablemente la mayor parte del mundo, sugiere-- los EEUU han llegado a ser " la adecuada superpotencia del pillo," y lo consideran como "la más grande amenaza externa a sus sociedades." Una teoría " realista de las relaciones internacional," argumenta, predice que podrían producirse coaliciones que se levantarían para contrapesar la superpotencia del pillo. Entonces, sobre una base pragmática, se debe revisar esta posición. Los americanos que prefieren una imagen diferente de su sociedad pueden exigir una reconsideración sobre otras bases que las pragmáticas.

¿Dónde deja eso la pregunta sobre qué hacer en Kosovo? La deja sin contestar. EEUU ha escogido un curso de acción que, como él mismo lo reconoce explícitamente, realiza una escalada de atrocidades y violencia-- "predecibles"; una línea de acción que también propina otro golpe contra el orden internacional, que hasta ahora ofrecía al débil por lo menos alguna protección limitada frente a estados rapaces. En un más largo plazo, las consecuencias son imprevisibles. Una observación creíble es que "cada bomba que cae en Serbia y cada matanza étnica en Kosovo sugieren que será escasamente posible para Serbios y Albaneses vivir al lado el uno del otro con un poco de paz" (Financial Times , 27 de marzo). Algunos de los resultados posibles a largo plazo son sumamente feos, de modo que no van a ocurrir sin que se noten.

Un argumento normal es que teníamos que hacer algo: no podíamos permanecer impávidos mientras las atrocidades continuaban. Ésto jamás es cierto. Una opción, siempre, es seguir el principio Hipocrático: "Primero, no hacer daño." Si usted no puede pensar en alguna manera de adherir a ese principio tan elemental, entonces no haga nada. Hay siempre caminos que se pueden considerar. La diplomacia y las negociaciones nunca están en un extremo.

El derecho de "intervención humanitaria" se invocará muy probablemente con más frecuencia en los años por venir--quizá con justificación, quizá no--ahora, esos pretextos de la Guerra Fría han perdido su eficacia. En tal era valdría la pena prestar atención a los puntos de vistas de muy respetables comentaristas--ni hablar de la Corte Internacional, que explícitamente dio un dictámen sobre esta materia en una decisión rechazada por los EEUU y de sus esenciales ni siquiera se informó.

En las disciplinas eruditas sobre asuntos internacionales y ley internacional sería difícil encontrar opiniones más respetables que las de Hedley Bull o Louis Henkin. Bull advirtió hace 15 años que "estados particulares o grupos de estados que se ponen por encima del mundo como los jueces autoritarios del bien común , despreciando los puntos de vista de los otros, son de hecho una amenaza al orden internacional, y así a la acción eficaz en este campo." Henkin, en un trabajo standard sobre el ordenamiento mundial, escribe que " presiones que corroen la prohibición en el uso de la fuerza son deplorables, y los argumentos para legitimar el uso de la fuerza en esas circunstancias son no convincentes y peligrosos... Las violaciones a los derechos humanos son de hecho demasiado comunes, y si es permisible remediarlos por el uso externo de la fuerza, no habría ninguna ley capaz de prohibir el uso de fuerza por casi cualquier estado contra casi cualquier otro. Los derechos humanos, creo, tendrán que ser vindicados, y otras injusticias remediadas, por medios pacíficos, y no mediante la aceptación de la agresión y mediante la destrucción del principio que hace avanzar a la ley internacional, la proscripción de la guerra y la prohibición de la fuerza."

Reconocidos principios de la ley internacional y del orden mundial, obligaciones de solemnes tratados, decisiones de la Corte Internacional, importantes declaraciones de los más respetables tratadistas-- no resuelven automáticamente problemas particulares. Cada cuestión tiene que considerarse según sus méritos. Para esos que no adoptan las normas de Saddam Hussein, está la carga de probar si hay amenaza de uso de fuerza en violación a los principios del orden internacional. Quizás la prueba se pueda encontrar, pero debe ser exhibida, no solamente proclamada con retórica apasionada. Las consecuencias de tales violaciones deben ser sopesadas cuidadosamente--- en particuoar las que entendemos como "predecibles". Y para esos que son mínimamente serios, las razones para las acciones también tienen que ser evaluadas--de nuevo, no simplemente por adulación a nuestros jefes y su "equilibrio moral." _

(versión en inglés: Znet )

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