(Home page) Noviembre 2010

¿QUÉ ES LA EDUCACIÓN AMBIENTAL SISTÉMICA?

Walter Ritter Ortíz y Tahimi E. Perez Espino

Centro de Ciencias de la Atmósfera. UNAM,

Circuito Exterior. CU. 04510 México DF. México

INTRODUCCIÓN

En las dos últimas décadas empezamos a observar la decadencia de nuestra civilización con una deficiente educación, destrucción ecológica, desigualdad económica y desesperación manifestada en pobreza, drogadicción y una alta criminalidad, que cada vez crecen más porque son cualidades implícitas en esta civilización, donde en lugar de ser autosuficientes somos dependientes de una civilización que no puede cuidarnos más. Estamos en el umbral en el cual buena parte de lo que ha sido establecido durante los últimos cinco siglos puede cambiar de manera importante y con notable rapidez.

El orden natural formado a lo largo de éstos últimos cinco siglos empieza a desmoronarse. La educación por su parte ha dejado de tener un papel estratégico, como consecuencia de las estrategias de industrialización centradas exclusivamente en la manufactura y oferta de mano de obra barata, dejando el trabajo intelectual necesario en manos del país inversionista, quedándonos sin posibilidades de desarrollo intelectual propio, inhibiendo nuestra capacidad de investigación, creatividad e incluso nuestro interés de organización alrededor de proyectos propios.

En este tiempo nuestra prosperidad, si es que existió alguna, se llevó a cabo con un costo ambiental que apenas estamos empezando a medir, por lo que debemos estar preparados para prestar un mayor interés en los temas esenciales de educación ambiental integral continua-transdisciplinaria, derivada de la visión sistémica de la economía ecológica, con el propósito de una transición con equidad a una sociedad del conocimiento con desarrollo sostenible. La mayor parte de los problemas que afrontamos actualmente tienen su origen en la oferta nacional de una deficiencia educativa, y en el mejoramiento de ésta queda comprometido el futuro del país.

Para el director de recursos humanos del Banco Mundial, la insuficiencia en la formación de capital humano es uno de los elementos básicos que explican tanto el débil desempeño de la economía latinoamericana en los últimos años, como su falta de progreso en materias de pobreza, distribución de ingreso y democracia. Obviamente que hay otra serie de variables determinantes de igual o mayor importancia, como puede ser: Los gastos militares, la corrupción y proteccionismo del primer mundo, la deuda externa, cuyo pago a los bancos extranjeros es prioritario frente al ambiente y la educación. De hecho, ellos tampoco están dispuestos a mejorar y pagar la educación básica para 200 millones de jóvenes latinoamericanos, quienes al salir de la escuela ingresan al sector de empleos precarios o al ejercito de desempleados cuyos raquíticos ingresos no garantizan el valor de su fuerza de trabajo; en cuyo inframundo sus habilidades educativas adquiridas no son instrumentos útiles y necesarios en la lucha por la sobrevivencia, lo que los deja en la intrascendencia, trivialidad y falta de aspiraciones.

Dotar a estos “condenados de la tierra” con las armas intelectuales para entender su situación, podría aumentar significativamente el riesgo político mundial para la estabilidad del establecido sistema global de dominio, por lo que se prefiere establecer instrumentos que permitan institucionalizar este tipo de sistema educativo, y que por una parte proporcione el capital humano indispensable para las necesidades laborales del capital global y por otra, afecte lo menos posible sus ganancias, obteniendo con la permanencia de este sistema un alto coeficiente de costo-beneficio.

El hecho es que la mayor parte de nuestra elite académica tiene una percepción limitada de la realidad y resulta inadecuada para entender y resolver los principales problemas educativos de nuestro tiempo. Esto exige un cambio y una profunda transformación de nuestras instituciones, ideas y valores.

NUEVOS MÉTODOS EDUCATIVOS

Existen dos tipos de razones legítimas para adoptar nuevos métodos educativos. La primera es que las prácticas actuales no funcionen debidamente y la segunda, que las condiciones del mundo han cambiado, y que a causa de estos cambios ciertas metas, aptitudes y prácticas ya no estén indicadas o incluso sean contraproducentes. Si cada vez vemos más pruebas de que no tenemos éxito en la consecución de nuestros objetivos educativos, deberemos plantearnos la posibilidad de modificar nuestras prácticas o los mismos objetivos.

Estamos viviendo una época de grandes cambios, cambios de tal envergadura que parecen capaces de eclipsar cualquier otro cambio vivido en épocas anteriores. Estos cambios exigen nuevas formas y procesos educativos, conformando y extendiendo nuestras mentes a espacios que hasta ahora no habían sido tan vitales, generando las clases de mentalidades de más importancia para el futuro. El ser humano presenta fuertes tendencias conservadoras contrarias a las reformas educativas y visiones interdisciplinarias; mientras se generan nuevas ideas, las viejas estructuras hacen difícil implementarlas. Sin embargo cada vez más la creación forma parte del tejido del mundo, donde la creatividad se busca, se cultiva y se elogia. No debemos angustiarnos por ver la disolución de la cultura dominante.

Cualquier cambio es evolucionario y no revolucionario, por lo que organizando la educación sobre principios ecológicos y visión holística, abandonando viejos métodos fragmentados, mecánicos y memorísticos estamos diseñando una estrategia que llegará al cambio social y la transformación de la conciencia humana.

El mundo de hoy necesita una racionalidad diferente. La vieja racionalidad educa para la repetición y la obediencia. En la nueva racionalidad la ciencia, conocimientos y sensibilidades deben estar en constante evolución, significando el rechazo de todo dogmatismo, de toda cerrazón mental y de actitudes autoritarias, prevaleciendo la ética del diálogo y la voluntad de cooperar con los demás en la construcción de las futuras sociedades de la información y del conocimiento.

Es necesaria una revolución en el pensamiento, para que las transformaciones educativas puestas en marcha desemboquen en una verdadera y nueva civilización y no en una nueva barbarie, generando nuevos niveles de realidad al relacionarse e integrarse para construir los nuevos conocimientos coordinados por metodologías de visión transdisciplinaria. Sabiendo que lo que falta por descubrir no será el fruto de una sola disciplina, sino de varias confluyendo transdisciplinariamente.

EDUCACIÓN Y VALORES

La educación es una cuestión de valores y objetivos humanos y lo que hacemos en clase tiene que estar determinado por nuestro propio sistema de valores donde desafortunadamente ni la ciencia ni la tecnología incorporan sistemas de valores. Tampoco son los únicos regímenes educativos, ni los más importantes, así como tampoco en la sociedad actual se reflejan las relaciones armoniosas e interdependientes que observamos en la naturaleza.

Debemos educar para ser tolerantes, generando el mundo en que nos gustaría vivir, habitado por personas honradas y creativas dispuestas siempre a sacrificar sus propios intereses a favor de las necesidades y los deseos de la comunicad. Debemos educar para la vida. La ciencia y la tecnología nos enfrentan a dilemas morales que van a requerir un diálogo más profundo y una mayor reflexión sistémica jamás alcanzados en el pasado. Nuestra ciencia y tecnología están basadas en conceptos del siglo XVII, lo que ha tenido como resultado la creación de una tecnología poco sana e inhumana, dominada por una administración centralizada cuyo fin es el crecimiento ilimitado imponiendo un entorno simplificado poco idóneo para satisfacer sus complejas necesidades.

La física de Bacón, Descartes, Galileo y Newton con una visión mecanicista y reduccionista de la realidad han sido un ejemplo para las demás ciencias modelando sus propias teorías de acuerdo con ella; sin embargo la física moderna ha puesto de manifiesto las limitaciones de esta visión cartesiana del mundo y del sistema de valores en el que se basa, afectando seriamente nuestra salud individual y social. Nuestra crisis actual es multidimensional y compleja afectando todos los aspectos de nuestra vida. Nuestra tecnología genera graves perturbaciones a nuestro ambiente y la presencia de enfermedades crónicas y degenerativas, trastornos mentales, depresiones y desintegración de la sociedad; la economía se manifiesta por desempleo masivo, injusta distribución de la riqueza e inflación desenfrenada. Nuestra cultura se basa en un sistema de valores anticuados por lo que necesitamos un cambio radical de mentalidad donde la vida vista como una lucha competitiva por la existencia necesita ser sometida a una revisión radical.

El sistema educativo premia el comportamiento competitivo, lo que no se hace cuando se expresan ideas originales o cuestionamientos a la autoridad. Vivimos en un sistema, donde la competencia se ha considerado la fuerza motriz de la economía y el enfoque agresivo es el ideal en el mundo de los negocios. Las sociedades decadentes se caracterizan por su uniformidad y falta de inventiva, acompañada de una falta de armonía, lo que deriva en conflictos y discordias sociales. La transición de la era del combustible fósil a la de la era solar, supondrá una serie de modificaciones radicales en nuestro sistema político, económico, social y educativo.

¿QUÉ HACER? ¡IMPULSAR LA CREATIVIDAD Y USO DE LA VISIÓN SISTÉMICA!

Nuestro mundo es cada vez más complejo y confuso. Vivimos una época de cambios, donde en la próxima época se definirán y darán forma a la civilización de la próxima y futuras generaciones. Esta época exige que pensemos a largo plazo, que imaginemos futuros que podríamos estar creando ahora mismo y que nos preparemos para los desafíos y oportunidades del mañana, pero sobre todo, a saber tomar las decisiones más prudentes y actuar de la mejor manera para asegurar nuestro éxito y contribuir al mismo tiempo a un mejor futuro para todos.

La mente del futuro debe dominar las principales formas de pensar que ha creado el ser humano, incluyendo el pensamiento artístico y filosófico, partiendo de las aptitudes básicas y disciplinas tradicionales, dominando diversas maneras de ampliar su formación durante toda la vida, de una forma regular y sistemática. Debemos ser capaces de sintetizar la información disponible de una manera productiva y hacer que nos sea útil, ya que la capacidad de entretejer información procedente de distintas fuentes en un todo coherente es vital en el mundo de hoy, donde con la utilización de un pensamiento interdisciplinario, trataremos de descubrir nuevos fenómenos, nuevos problemas y nuevas preguntas que contribuyan a su resolución.

Necesitamos una especialización centrada en la generalización y la complejidad, formando personas que estén dotadas para la multiperspectiva, lo interdisciplinario y la síntesis, pero sobre todo se deben dar las condiciones para que estos enfoques sean más eficaces.

Entonces, reconocemos la importancia de la ciencia y la tecnología, pero no enseñamos maneras científicas de pensar, ni formamos a personas capaces de sintetizar y de crear cualidades esenciales para el progreso científico y tecnológico. Tampoco hemos decidido cómo preparar a los jóvenes para que sean capaces de sobrevivir y prosperar en un mundo totalmente nuevo.

Los problemas del tercer mundo son en su generalidad el resultado de la pobreza generada por acciones del primer mundo y esos problemas no podemos esperar que puedan ser resueltos por las personas e instituciones que los crearon. Necesitamos convertirnos todos y cada uno de nosotros en entes activos de cambio conviniendo que los sistemas educativos, económicos y nuestras mismas actitudes con la naturaleza y nuestros semejantes deben ser cambiados, aprendiendo a discutir nuestros problemas de manera creativa y no de confrontación.

El reto al que se enfrenta hoy la humanidad es único, para afrontarlo hace falta una nueva oleada creativa, que incluya una nueva visión de la humanidad, la cultura y la sociedad, como un estallido de energías humanas profundo y extenso. La creatividad nunca es el logro de una sola persona, las sociedades que sepan alimentar y sustentar la creatividad tendrán más probabilidades de prosperar que las que la desalientan. La creatividad va de la mano del pensamiento disciplinario, realizando la síntesis del conocimiento de una manera razonable y abordando el pensamiento interdisciplinario cuando es oportuno.

Si no hay creatividad, las disciplinas sólo sirven para reforzar lo ya establecido. Desafortunadamente en la actualidad, las universidades tradicionales que ofrecen todas o casi todas las disciplinas científicas no resultan ser más que conjuntos de minifundios dedicados unilateralmente a tales o cuales monocultivos del conocimiento desde los que, como consecuencia natural, no brotan más que raquíticos saberes inoperantes en el presente y para el futuro y en donde las reuniones de trabajo multidisciplinario resultan ser una suma elemental de monólogos, en donde nadie articula sus enfoques científicos con los de los demás.

No puede haber teorización ni práctica transdisciplinaria si no se parte de alguna disciplina, y de la base firme de ésta proyectarla hacia las demás. Es conveniente especializarse en principio pero a condición de que se obtenga, mantenga y desarrolle como un sistema abierto sin ignorar los principales progresos que vienen haciéndose en otras disciplinas.

METAS POR ALCANZAR

Vemos que nuestra civilización actual tiene cosas muy desafortunadas, pero también es la época de las nuevas oportunidades de donde surge la necesidad de construir una nueva sociedad que sea mejor, con oportunidades de crecer y evolucionar, lejos de la sociedad industrial de tristes recuerdos, empezando a emerger a la civilización del conocimiento y la información con posibilidades de desarrollo infinitas. El trabajo si se realiza en condiciones de seguridad y sin causar daño al ambiente, es la clave del progreso económico y social en todas partes del mundo y es la única base sobre la cual los países y sus habitantes pueden forjar un futuro próspero y duradero, siendo la piedra angular del desarrollo del ser humano.

La educación es un componente vital del desarrollo nacional, porque le da a la gente la oportunidad de volverse más productiva, escapar de la pobreza y mejorar la calidad de sus vidas. Reforzando su identidad nacional y profundizando las raíces sociales y culturales. Contribuyendo al progreso económico como lo pudiera ser una inversión en carreteras, plantas de energía o canales de irrigación.

En el aumento de las capacidades adquiridas de la gente y en los adelantos cognoscitivos útiles está la clave de la futura productividad económica y de sus contribuciones al bienestar humano, por lo que podemos considerar que los gastos en educación son inversiones en capital, La hipótesis fundamental consiste en que la calidad educativa del capital humano, tiene un efecto causal positivo sobre variables como, el ingreso, el empleo, el crecimiento económico y la equidad social.

CONCLUSIONES

Las realidades del presente son mezquinas, estancadas, incultas y poco libres. La vieja racionalidad académica mecaniza las mentes, propende a robotizarlas para subordinarlas a la racionalización mecánica de los centros de producción y de administración, imponiéndose sobre la sensibilidad y creatividad del pensamiento. El ser humano si goza de las suficientes condiciones materiales, se inclina más por la invención que por la repetición.

La educación y el aprendizaje son factores básicos de éxito en un mundo cambiante. Aprender datos ya no es un objetivo educativo suficiente, el mismo conocimiento especializado tiene una aplicación limitada en el tiempo, tenemos que avanzar hacia un modelo de “estudiar toda la vida para todo el mundo”. La formación de microsabios que son macroignorantes, perjudica a la sociedad.

La educación sobre principios ecológicos debe llegar al cambio social y la transformación de la conciencia humana. La enseñanza debe ser tal que pueda recibirse como el mejor regalo y no como una amarga obligación.

Debemos educar para la vida, aprendiendo a discutir los problemas no con la confrontación sino de manera creativa. El autocultivarnos ayudará a gobernar la familia, la comunidad y el país, estimulando a la gente a practicar la prudencia y asumir la responsabilidad de sus actos y sus consecuencias.

El reduccionismo y el holismo, el análisis y la síntesis, son enfoques complementarios que usados con el equilibrio justo, nos ayudan a obtener un conocimiento más profundo de la vida. El paradigma ecológico de la visión sistémica es tierra fértil dispuesta a dar frutos en todas las disciplinas del saber, obligando a la inter y transdisciplinariedad con un nuevo modelo social de organización basado en la sostenibilidad, construyendo una ética ecológica, para reposar finalmente en el principio de prudencia y precaución, donde además cualquier planteamiento económico cuyo objetivo sea la sustentabilidad debe partir necesariamente de una valoración adecuada del medio ambiente, recursos y servicios ambientales.

Vivir y trabajar en una sociedad y una economía de conocimiento intensivo requiere una amplia gama de capacidades como trabajar en equipo y la de saber cómo resolver problemas, creatividad, flexibilidad y automotivación, donde la estructura burocrática, rígida y centralizada debe desaparecer. Las nuevas tecnologías pueden difundir las ciencias y las artes masivamente, con una utilización distinta a la que preparan los buenos negociantes, hasta conseguir en pocos años que desaparezcan los diversos analfabetismos incluyendo el tele-analfabetismo culpable de la alienación de millones de individuos, hundidos en sus malestares, pequeñas ambiciones, ansiedades, stress y otras patologías psicosomáticas, ya que de otra manera podríamos acabar siendo súbditos de una nueva barbarie, la barbarie de los medios.

¿Qué clase de educación es ésta que habla sobre el mundo en que vivimos y guarda silencio acerca del mundo que somos? ¿Qué ganan nuestros hijos con tener un cuerpo saludable si son infelices, inestables, no tienen protección emocional, evaden sus problemas, tienen temor a la crítica y no les gusta que les digan que no? Carecen de seguridad en ellos mismos, capacidad de reflexión y liderazgo, coraje y optimismo, superación de temores y prevención de conflictos, capacidad de cuestionar y responsabilidad social.

Donde todas las experiencias aprendidas son más importantes que las instintivas, todas las experiencias que tienen un alto volumen emocional generan un registro privilegiado. Nuestra agresividad, rechazos y actitudes impulsivas pueden generar un alto volumen de tensión emocional en nuestros hijos, dejándoles una cicatriz permanente. No nos damos cuenta de que todo lo que archiven controlará su personalidad. No tenemos control sobre el proceso de formación de la personalidad de nuestros hijos, que criamos y ponemos en contacto con un sistema social controlador en etapas muy tempranas de su vida. Y el sistema les enseña a ser individualistas y a consumir sin necesidad.

El consumismo puede aplastar la estabilidad emocional, así como generar tensión y placeres superficiales. La culpabilidad encarcela el alma, pero una persona individualista quiere que el mundo gire a su alrededor; su satisfacción es primero, incluso si esto implica el sufrimiento de otros. Necesitamos alimentar la personalidad de nuestros hijos con sabiduría y tranquilidad. Aprender a conocer, aprender a ser y aprender a vivir juntos con posibilidades de auto-crearnos, auto-organizarnos y de auto-regularnos plenamente.


En Globalización: WALTER Ritter Ortíz y TAHIMÍ E. Pérez Espino

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